domingo, 30 de septiembre de 2012

11va Cocción: Porter - Resultados

En principio voy a decir que por un momento estuvo a punto de terminar por el drenaje.
El tema es que fermentó casi dos semanas, normalmente. Por esos días estuvo fresca la cosa, así que no había problemas. El fermentador cilindrocónico estaba en la casa de mi abuela, je, y el termostato exterior siempre marcó unos 18, 19°.

Terminadas las dos semanas, purgué las levaduras, y de pasó tomé una muestra. El refractómetro marcaba unos 7.6°Brix, lo que da una densidad final de 1016 gr/l.

Según cálculos tenemos una atenuación aparente de ~67%, que me suena algo baja, pero bue.. nunca usé esta levadura.

Quedó una cerveza de 4.6% de alcohol.

De gusto y aroma en ese momento, parecía todo bien. Se sentía bastante fuerte el amargo del lúpulo, y bastante cargado también el sabor a maltas torradas. Tipo un café. Por momentos me hizo acordar a la brown ale, que sacamos como segunda cocción de la imperial stout.
En realidad mi idea inicial era no abusar de las maltas oscuras, quería una cerveza un poco más dulzona, con más énfasis en las maltas caramelo y brown. Pero bueno, dije, todavía está verde, hay que esperar que madure.

Entonces, como no tengo forma de refrigerar el fermentador todavía, se me ocurrió llevarlo así como estaba al fondo, al quincho, a fín de que con el frío al menos decante un poco más.

Y así estuvo una semanita más. El tema es que justo, los dos últimos días, jueves y viernes, hizo un calor heavy.
Y cuando fui a embotellar el viernes, tomé una prueba... mmmm.... horrible. Ese sabor feo asidrado, a manzana.
Confirmo entonces que es debido a los alcoholes superiores.

Indignado, me decidí a embotellar de todas formas, porque ya había lavado todas las botellas. Y a rezar, obviamente al dios cervecero.

Luego de casi dos semanas en botella, este viernes detapé la primera que me traje a casa, y oh sorpresa !! No estaba para nada mal!
Si bien por momentos sentí un poquito de ese aroma asidrado, fue solo por momentos. En general el aroma y el sabor están bien. Sigue dejando un retrogusto amargo del lúpulo, que se acentúa con el sabor torrado o quemado de las maltas oscuras. Pero es mucho menor. Es decir, que de a poco se va a ir fusionando el sabor y disminuyéndo el desbalance de amargor (espero).

Voy a ver si compro algún exponente del estilo en el super, tipo la de Antares, para comparar.

Dejo acá un par de fotitos.

Saludos!






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